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Las historias que esconde abril

Foto del escritor: Mundo AbiertoMundo Abierto

Actualizado: 10 may 2022



El cuarto mes del año es pura inspiración para muchos artistas, abril está presente en numerosas letras de canciones de todo tipo: clásicas y modernas, desde el pop hasta el rock. Cada una relata una historia, ya sea ficticia o basada en una realidad.


Joaquín Sabina cuenta en su canción cómo el desamor le robó el mes de abril a diferentes personajes, 'Aquel chaval la dejó, y cuando en la pizarra pasa lista el profe de latín, lágrimas de desamor ruedan por las páginas de un bloc' (¿Quién me ha robado el mes de abril?, en directo).


Los Secretos relatan una historia en la que un hombre está deseando que llegue el gran reencuentro, que será en abril. ‘A nado cruzaré el mar que nos separa. No me perderé, me guían tus palabras sin mirar’ (Nos vemos en abril, videoclip).


María Parrado le pone voz a lo que muchas personas sienten cuando se acaba una relación amorosa. ‘Dormida, perdida, se fue apagando la canción. Como un beso sin pasión, como el viento en un cajón' (Abril, en directo).


Álex Ubago relata una historia de amor, en la que una persona renace de un disparo al corazón. ‘Y yo, te vi y el mundo de repente fue un lugar mejor. Y aquel abril llovió de tal manera, se limpiaron las aceras y el dolor’ (Aquel abril) (Aquel abril, acústico)


‘Si tuvieras poco tiempo, aunque fuera un momento para vivir, te daría cien mil besos, cada uno con un verso que escribí para ti’, declaran Loquillo y Los Trogloditas en (Brisa de abril).


Serrat se sirve de abril para marcar un momento en el que perdonar y disfrutar, haciendo referencia a que pronto se notará que es primavera. ‘Dice la voz de la conciencia malherida que haga el favor de personarse urgentemente en la salida. Que el día más insospechado y, de cualquier manera, en el lugar más imprevisto, se puede aparecer la primavera’ (Especialmente en abril).


Carlos Cano desarrolla su historia partiendo de un elemento: la luna de abril. ‘La luna fue de abril, en abril fue el amor que un día entre las rosas despertó. Toda la soledad de flores se llenó, dejando por el aire esta canción’ (Luna de abril).




Amor y desamor suelen ser los protagonistas de la inspiración, ya sea en forma de canción, poema, libro o guion. Pero, ¿qué pasa con los que no saben cómo habría sido su historia de amor, aquellos que se encuentran en búsqueda de alguna señal para dar el primer paso o que simplemente anhelan una realidad ficticia sin hacer nada para que deje de serlo? Esto sucede en las historias que se esconden en los temas de Vanesa Martín y La Bien Querida.


Vanesa Martín escribe sobre el amor que oculta una persona por otra. ‘He dejado tantas pistas en tu puerta, ¡Qué locura sentirla entreabierta! Y que nunca me atreva a llamar’. (Abril, en directo), (Abril, en acústico).

De lo mismo trata la historia del tema de La Bien Querida: ‘Esta mañana escuché en el jardín de tu casa una canción que decía algo parecido a lo que venía pensando. Mientras tú leías un libro, y me quedé sin palabras porque no tuve ni tengo el valor de decirlo. Que me hubiera casado contigo, de habérmelo pedido’. (De momento abril).


¿Por qué vivir sin saber cuál sería el desenlace, pintarlo en la imaginación y que se quede ahí, intacto? Quizás se piense que en algún momento ese sentimiento desaparecerá. Pero lo que no se dice no muere, nos mata.


¿Sabes a dónde van las palabras que no se dijeron?

¿A dónde va lo que quieres hacer y no haces?

¿A dónde va lo que quieres decir y no dices?

¿A dónde va lo que no te permites sentir?

Nos gustaría que lo que no decimos caiga en el olvido, pero lo que no decimos se nos acumula en el cuerpo, nos llena el alma de gritos mudos.

Lo que no decimos se transforma en insomnio, en dolor de garganta.

Lo que no decimos se transforma en nostalgia, en destiempo.

Lo que no decimos se transforma en debe, en deuda, en asignatura pendiente.

Las palabras que no decimos se transforman en insatisfacción, en tristeza, en frustración.

Lo que no decimos no muere, nos mata.

(Anónimo)


Abril también inspira para componer otros temas dulces, como la amistad. Prueba de ello es la canción de Los Celtas Cortos, una mujer recibe una carta de un amigo de la infancia en la que rememora la noche en la cabaña del Turmo: el 20 de abril de 1990, y piensa en cómo ha cambiado todo desde entonces. ‘Bueno, pues ya me despido, si te mola, me contestas, espero que mis palabras desordenen tu conciencia’ (20 de abril).


Y otros amargos como el bullying y el acoso: ‘El lunes se hace eterno, solo quiere que sea martes. Y recoge las cenizas de su miércoles salvaje. Jueves siente que algo no va bien. Viernes de desdén, sábados son de respirar. Y ellos que nos miran desde afuera solo para entrar, duermen el domingo y vuelven para hacerte llorar. Solamente no les oigas, ya se irán’. Así lo refleja Luis Cepeda (Da Media Vuelta), (Da Media Vuelta, en directo).


Son muchas canciones las que nacen de un abril, numerosas historias que podemos escuchar, nos llegan al corazón para conmovernos y a la mente para hacernos reflexionar.




Andrea Fernández


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